el prao de la capilla

Benuza, en la baja Cabrera, es hoy el hogar de a penas una veintena de trabajadores ancianos. Las canteras de pizarra ganan terreno a pastos, huertas, sotos, y bosques que durante cientos de años dieron de comer a sus habitantes. El Prao de la Capilla, en frente del ayuntamiento, está dividido en tres parcelas. En una (con A Morteira de fondo), los nogales que plantó el abuelo de Oscar, a sabiendas que el no recogería sus nueces. En otra, unos 80 avellanos (Larga de España y Merveille de Bollwiller) se aprovechan de la abudante agua que siempre encharca este pequeño prao donde antes pastaban las vacas. El último trozo de tierra, es hogar de 7 castaños y otros tanto pinos piñoneros.